Mini rosquillas de Alcalá

Es imposible pasear por las calles del centro de Madrid y al pasar por una pastelería no dejarse seducir por las rosquillas anaranjadas que decoran sus escaparates. Típicas de la localidad madrileña de Alcalá de Henares, en Cocina con Aníbal las hacemos en tamaño mini para comerlas en un par de bocados.

INGREDIENTES
- 2 Planchas de hojaldre

Para la crema de yema
- 100 ml. Agua- 200 gr. Azúcar
- 1 Palito de Canela en rama
- La piel de 1/2 Limón
- Unas gotas de Limón
- 2 cucharadas de Leche
- 1 cucharada de Harina fina de maíz 
- 5 Yemas de huevo
- 30 gr. Mantequilla

PREPARACIÓN
1) Comenzamos haciendo las rosquillas. Coge las planchas de hojaldre, que deben ser rectangulares, y las pones una encima de la otra. Las cortas por la mitad con la idea de que queden cuatro láminas exactamente iguales, que apilaremos una encima de la otra. Seguidamente das un par de pasadas suaves con el rodillo para que queden levemente pegadas.

2) Ahora toca darle forma a las rosquillas. Hazlo con un cortador de pasta del tamaño de un vaso de chupito. Si no tienes incluso puedes valerte de este mismo. Pasa los bordes por harina para que la masa no se te quede pegada y ve cortando. Posteriormente, con un círculo más pequeño haremos el boquete central a cada una de nuestras rosquillas. En Cocina con Aníbal hemos usado la boquilla de una manga pastelera.

La masa que va sobrando entre círculo y círculo puedes unirla, volverla a amasar y reutilizar para unas cuantas rosquillas más.

3) Bueno pues una vez tenemos nuestras rosquillas las metemos al horno, previamente precalentado, a 200ºC. Estarán en unos 15-20 minutos. Sácalas cuando hayan subido completamente y empiecen a dorar.

4) Mientras empezaremos a hacer la crema de yema con la que cubriremos nuestras rosquillas. Como ya la hemos realizado, simplemente te dejamos aquí la receta.

5) Dejamos enfriar un poco la crema y a bañar nuestras rosquillas. Introdúcelas en la crema hasta la mitad y deja que escurran sobre una rejilla. Transcurrida una media hora estarán listas para comer.

OBSERVACIONES

- Las rosquillas, en realidad, suelen volverse a cubrir con un glaseado que evita que al cogerlas se te peguen las rosquillas a los dedos, además de darle una textura crujiente al morderlas. El problema de ese glaseado, a mi parecer, hace que la rosquilla quede ciertamente empalagosa, además de cargarlas con bastantes más calorías de las que ya de por sí llevan. 

En cualquier caso, si eres goloso y quieres hacerle el glaseado, sólo tendrás que mezclar 35 ml. agua con 200 gr. de azúcar glasé. Una vez que empiece a blanquear introducimos igualmente las rosquillas y volvemos a dejar escurrir en la rejilla. Quedará una cama traslúcida de azúcar estéticamente muy mona.